lunes, 11 de junio de 2012

Lo importante es la memoria


Acá estoy en mi funeral. Alguien alguna vez escribió que le gustaría estar en su velorio para ver quienes lloran, para ver a quienes les importaste en serio y a quienes no, para saber si valiste de algo en la vida, ver dónde te depositan, cuánto se gastan en tu último paso por este mundo.

Yo acá estoy al lado de mi cuñada quien llora desconsolada, odia al hombre que tiene a su lado y sufre a más no poder por mi muerte. Al lado de mi mamá (quien me llora a moco suelto, incluso más que mi cuñada y que  aun no me ha  dirigido la palabra) esta mi mujer. Hermosa como siempre llorándome y sintiéndose responsable. Y claro ella sabe que es mitad responsable por lo que me pasó. Me mira afligida preguntándome con sus hermosos ojos ¿Y ahora qué? ¿Nos odiamos mutuamente y a la vez nos odiamos a nosotros mismos o nos dejamos engañar por la lengua amiga que nos llama inocentes?

Me alegra decir que sala en la que se me vela está llena de los que fueron amigos. Todos con un verdadero dolor miran mi cuerpo inerte y veo a más de uno mojar sus mejillas con lagrimones.
Lo que importa es la memoria y yo Francisco Apassiamo seré benevolado por siempre como el gran abogado trabajador y honrado, ciudadano respetuoso de la ley y fiel cumplidor de los mandamientos divinos. Un hombre honesto cuya despiadada esposa y cruel hermano engañaron sin remordimiento alguno. Hombre inteligente cuyo desalmado gemelo mató en un atracón de pánico al verlo llegar antes de tiempo del trabajo. Sí, me gusta como suena.

Pienso en esto y se me dibuja una gran sonrisa ya que  o que importa es la memoria. La memoria de mi hermano será maldita y maldita cien veces por todos quienes nos quisieron y conocieron. Maldita por nuestra madre, por nuestro padre y por nuestras cariñosas esposas.

Ay! Luca tanto te empeñaste en acostarte con mi mujer, tan desalmado fuiste y mira como están las cosas ahora, tu en un cajón y yo disfrutando tanto de tu mujer como de la mía. Tu olvidado y odiado por siempre y yo amado y querido. Tu memoria apesta, la mía siempre será recordada, siempre.

Oís eso (no, obvio que no) están anunciando que la plaza local llevara mi nombre. Vos me quisiste joder y mira quién terminó siendo el jodido. Vos encima de muerto, odiado y olvidado.

Agradezco a mamá que de niños nos hacia cambiarnos de ropa tan rápido. Vos solito con la esperanza de que yo no notara tu aventurilla te pusiste uno de mis trajes y saliste disparando  y yo que hábilmente me desvestí lo más rápido que pude antes de apuñalarte ya lo sabía desde hacia un tiempo.

 Pobre Anabel, es tan tonta y desmemoriada. Es hermosa pero sin cerebro, no puedo creer que no reconociera la genialidad del plan, que no recordara que yo salí a trabajar con el traje azul, que no recordara que vos no sabías dónde estaba la llave de las armas, que no recordara incluso el color de la ropa interior de su amante. Bendita sea la falta de su memoria.

¿Qué aventura tendrás ahora Luca Apassiamo? Ninguna eso es claro. No te preocupes yo cuidare de nuestras esposas.  Y el crédito será tuyo.

Ade Garbuio

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