lunes, 11 de junio de 2012

La casa de los libros


Esta casa tan particular quedaba exactamente a la vuelta de la página, en la intersección de la historia y el relato. Era una casa con un techo de libro abierto, y enciclopedias de ladrillos. Las cortinas eran cuentos cortos y cada ventana tenia una hermosa vista a la imaginación. La planta baja estaba empapelada con hermosas metáforas y el primer piso (al cual se subía por la escalera de relatos de caracol) por perfecas descripciones.
El baño tenía una refrescante ducha de ideas y la cocina tenía su propia máquina inspiradora. Las mejores citas estaban gravadas en platos y cubiertos y las no tan mejores en el papel higiénico. Habían más libros que partículas de oxigeno y hasta los árboles tenían hojas de texto.  Para entrar había que leer las primeras páginas y solo terminando de leerla uno salía. Si bien muchos quisieron quedarse para siempre y algunos quisieron irse de inmediato solo salía de aquella casa quien terminaba de leerla o quedaba eternamente, atrapado en su historia.
Ade Garbuio

No hay comentarios:

Publicar un comentario