lunes, 11 de junio de 2012

Contradicciones


Llueve. Eso debería haber sido aviso de lo que iba a pasar.
 Amo la lluvia, más si estoy entre las sierras en el caluroso verano. Pero no, estoy en mi casa, en mi árida provincia sin sierras, disfrutando el fresco y la lluvia posterior a una semana de calor intenso. No es muy común que llueva asique hay que disfrutar cada tormenta.  Pensar que recién estamos en noviembre, lo peor del verano todavía no llega. Pero la frescura y el olor a lluvia no me permiten pensar en tardes sofocantes.
Decido prender la computadora a ver que hace la gente un día tan lindo como hoy. Muchos maldicen la lluvia. Otros lanzan comentarios enojados: no salen debido a mi amada lluvia. Todos tienen algo que decir al respecto.
 Él está conectado. Los recuerdos de la noche anterior me vienen a la cabeza. Sentados en el sillón mirándonos sin hablar pero diciéndolo todo con miradas. Esa mirada…esa mirada azul profundo que tanto me gusta, que sólo unas pocas han sido las afortunadas al poder contemplarla. Espero que mis ojos reflejen todo lo que lo quiero todo lo que me gustaría decirle y que no puedo por estar rodeada de gente. Amigos. Esos amigos por los que nos hemos hecho escenas de celos, con los que fingimos ser solo amigos, con los que no podemos decir lo que sentimos y pensamos porque están escuchándonos. Esos amigos entre los cuales uno es el que más importa. Uno que se enamoró de mí inoportunamente. Ese amigo que tanto lo quiere y que le ha hablado noches enteras de mi sonrisa y mis cualidades, ese amigo que ni sospecha que entre nosotros hay un sentimiento un poco más profundo que el de amistad.
Pierdo toda mi dignidad en un “hola” sin respuesta. Estoy acostumbrada a que no me responda, pero después del beso en la mejilla de anoche (ese beso que quizás duro un segundo más de lo que debería y que fue cargado de todo sentimiento no dicho), de esa mirada que lo acompaño, pensé que me iba a responder. Sólo unos minutos estuvimos únicamente nosotros. Fue cuando me trajo a casa. La única frase que nos dijiimos fue la de  “nos debemos una charla”. Una charla en la que ninguno sabe bien que decir y que siempre nos prometemos tener.
 Esto no puede seguir así, ¿qué vamos a hacer con todos los besos no dados?¿con las caricias q nos faltan?. Esta bien que hace unas semanas hablamos (justo el día de su cumpleaños) y que ese día nos dimos cuenta lo difícil de la situación.  Repetimos mil veces que la amistad ante todo, que los códigos no se rompen, que hay que tener principios. Dije que lo mejor era no hablar más, pero el insistió que sería inútil intentarlo. Ahora yo soy la que no puede permitir y él el que intenta no hablarme. Es que ¿no entiende que no lo quiero perder?¿que lo quiero demasiado como para hacer de cuenta que nada paso?
Decido llamarlo. Tres toques.
-Hola- su voz, esa voz que me debe varios “te quiero”
-Hola, soy yo
Un suspiro.
-¿Cómo estás?
-Bien ¿tú?
-Bien supongo- tres eternos segundo en los que ninguno dice nada-  ¿Estabas bien anoche?
Bueno por lo menos no hizo como si lo de anoche nuca hubiese existido. Ya empezaba a sospechar que todo era un sueño.
-Sí, estuvieron ricas las pizas- frase estúpida. Por si fuera poco la acompaño con  la risa más falsa que hice en mi vida.
-Te pregunto por lo que llamó tu mamá. ¿Pasó algo?
Ah, era eso no más.
-No nada, era por una cosa de mi hermano. Como mi mamá siempre le tuvo un cariño especial es casi una ley que cuando el se manda alguna yo también tenga que estar haciendo algo mal. O por lo menos ella así lo prefiere.- Eso está muy cerca de la realidad.
-Claro.
Silencio. Suspiro de él. Suspiro mío. Silencio. Ahora no me va a hablar.
-Eres demasiado bipolar- Suelto por fin
-¿Por qué?- Parece sorprendido, como si no lo supiera.
-Porque sí. Eres un bipolar
-Y tu una histérica y una vueltera- Tiene razón- ya no quiero más de esto.
- Bueno, por lo menos yo lo admito.
-Yo no soy bipolar- Por Dios no puedo creer que afirme eso. - Haces que sea así contigo. Quiero tener una actitud y haces que la cambie- Ah listo, lo que me faltaba ahora yo soy la culpable de su bipolaridad.-Ayer sólo fui para ver que me decías y no me dijiste nada
-¿Qué querías que te dijera exactamente?- Este chico es complicado- ¿O cuándo?
-No sé. Después de que hablamos el otro día yo te dije que no tenía nada más para decir. Si querías te iba a escuchar. Me preguntaste si iba a ir anoche, que ibas a tratar de decirme algo. Fui por eso nada más y no me dijiste nada.
No puedo creer que diga “después de que hablamos”, no se le puede llamar “hablamos” a que él me dijera que se iba a cortar y no me iba a hablar más y no me diera ni oportunidad de dar mi punto de vista.
-Ahhh pero yo trate de hablar contigo anoche pero no se puede. Me tratas raro y tienes que admitir que eres mucho más vueltero que yo- Ahora resulta que él, que supuestamente iba a seguir para adelante sin importar lo que pasara, es el que me quiere dejar de hablar.
-No te trato raro y si fuera vueltero no te hubiese dicho lo que te dije el sábado pasado- ¿Acaso no entiende que precisamente por lo que me dijo ese sábado es un vueltero?- Yo te dije que quería escucharte y no dijiste nada- silencio – Además ¿cuándo tratase de hablar? ¿en el auto? Me preguntaste sólo si te iba a seguir hablando y te dije que iba a intentar que no. Eso no significa que  no puedas decir lo que tenías para decir… bah si es que había algo que decir.
¿Si había algo que decir? eso debe de ser una broma. Acaso cree que es fácil dejar de  hablarse, ¿cómo hago con todo lo que siento? ¿simplemente lo guardo como la ropa un cajón? Es un vueltero, más vueltero que yo inclusive. Me dice que me quiere escuchar pero no quiere que le diga las cosas. Eso aún no lo aprendo a hacer.
-Eres un vueltero, y si anoche no te dije nada es porque todavía no estoy tan loca como para hablar sola. O con alguien que no me piensa contestar.
Suspiro suyo.
-¿Pero es que no quieres entender? Yo ya te dije todo lo que tenia para decirte. Si quieres decir algo serás escuchada- ¿Todo lo que tiene para decirme es que no tiene nada que decirme? Embustero. Ahora entiendo. Es sólo cuestión de enamorar personas y no hacerse cargo- Cuando yo te hable el sábado después de misa no deje que me dijeras nada porque no quería escucharte, no quería un diálogo, sólo quería plantearte mi punto de vista.
Debo estar loca pero ¿ésta es la misma persona que me dijo que le dijera todo lo que tenía para decirle?
-Ves ¿cómo puedo hablar con alguien que no me quiere escuchar?¿Con alguien que no quiere un diálogo?
-¿No entiendes que no me gusta para nada esto?- Le grita al teléfono
-Ah sí, a mi me encanta- respondo también enojada.
-Ese sábado que no te deje hablar, te dije que si algún día querías hablar conmigo yo te iba a escuchar- Sí, como no- Asique no digas que no te quiero escuchar, ese sábado solamente no quería escuchar ni un comentario.
-Pero haber –digo ya un poco molesta- no podes decir “sí, hablemos que yo te voy a escuchar”. ESO NO ES UNA CHARLA. Es demasiado estúpido que yo hable como loca y vos me escuches solamente.
-No sé que parte no entiendes que yo ya te dije todo lo que tenía para decirte.
-Genial. Todo esto termina con frases cortadas y sin un diálogo de nada.
-Te dije que iba a tratar de ser así con vos. Además cuando hablamos en lo del pelado ¿no era eso lo que querías?¿Que me cortara, que no habláramos, que no nos escribiéramos? Ponte de acuerdo.
-Bueno y tu eras el que no querías. Ponte de acuerdo- la primer lágrima solitaria avanza por mi mejilla y un suspiro la acompaña- yo me divierto contigo, me parece mal que no nos hablemos- Digo sin que se me note la tristeza en la voz- ¿No podemos ser amigos?- Es la última esperanza, la única manera de tenerlo en mi vida.
-Yo te dije que cuando te viera te iba a saludar. Es verdad no quería que perdiéramos el contacto pero después lo pensé mucho, más de tres semanas y decidí que va a ser lo mejor- ¿Por qué él solo decide algo por los dos?- Va a ser lo mejor.
-Bueno está bien si es lo que quieres-¿Esa soy yo? ¿Le estoy diciendo que está bien? – pero no estoy de acuerdo. ¿Por qué no podemos chatear sin más y reírnos juntos? “Te voy a saludar cuando te vea” eso hago con la gente que no me cae bien, por una cuestión de respeto.
-Por lo visto no entendiste, te lo voy a explicar a ver si te queda claro- Me diced e mal modo
-¡No me trates así!
-NO quiero chatear contigo, NO quiero mandarte mensajes, no quiero que me llames y no quiero verte muy seguido- Ahora sí que la lágrima ya no está solidaria, parece que mis ojos quisieran regar mis mejillas- no sé para vos, pero para mi ya significas demasiado y sin distancia no te voy a lograr sacar de mi ¿Te quedó clarito? ¿O te lo explico con manzanitas?
¿Por qué tiene que ser así? Él es así duro pero tierno a la vez. ¿Quién lo entiende? Yo no. No puedo entender que si me quiere me deje ir, las cosas no son así.
-si eso piensas no entiendes nada- suelto contralando mi llanto. No quiero que me escuche llorar.
-No sé que es lo que piensas que no entiendo, para mí con distancia lo voy a superar, de otra forma NO.
Asique yo soy sólo una cosa a superar. No quiero perderlo, esto no puede terminar así.
-Me caes demasiado bien y no quiero que no nos hablemos más- Eso sumado a todo lo que te quiero- Es malísimo no hablar más. A mi me importas demasiado como para no hablarte más- Eso fue una manera de acercarse un poco a la verdad
-Bueno, pero las cosas se dieron así y para mi los códigos siempre están –malditos códigos, ¿Porqué ela mor no puede ser más simple? – Entiéndelo si te sigo hablando no te saco más de mi cabeza, me conozco.
No me va eso que se haga el enamorado, sé que no le importo. Si le importara un poco no me dejaría ir así, sin más. Sabe mentir, pone buenas escusas pero a alguien que se quiere no se le deja ir.
-Por favor, no soy estúpida.
-Bueno, piensa lo que quieras- Cortó. Lo odio ¿porqué siempre termina así las conversaciones?
Me voy a poner bajo la lluvia para que el fresco me baje el odio y la bronca que tengo. No puede ser tan testarudo.
El agua me relaja pero la cabeza me máquina a toda revolución. Lo odio, pero a la vez lo quiero. Me gustaría decírselo pero nunca se ha dado la oportunidad. No quiero decírselo para darle el gusto y quedar en ridículo. No, nunca nuestra confianza llegó a ser tana para decir lo que sentimos, para decirnos que nos queremos.
Suena el teléfono, no tengo la menor gana de hablar con nadie.
-hola
-que pelotuda que eres.
- no tienes derecho a tratarme así- ya está, colmó mi paciencia.
-¿Ves por qué no quiero seguir con esto? Me acabo de enterar que el Renzo no sale esta noche porque ayer estar toda la noche contigo le mal pegó, se siente demasiado mal. ¿Ves por qué quiero alejarme?- Esto no es posible, ahora todo termina en Renzo, si ayer ni hable con él. No le dirigí la palabra, ni siquiera estuvimos cerca. Él estuvo toda la noche hablando con Matias. Fuimos juntos a elegir la película para ver entre todos y me llevó un trecho sobre su espalda pero nadie en esa vida se pone mal por eso. Quizás no debí ni hablarle, debí haberme quedado cuando lo de las películas. Pero es imposible no hablar, no sonreírle no bromear con alguien que tiene la etiqueta de amigo. Aun si ese amigo está enamorado de ti. -¿Nada para decir?- me dicen del otro lado de la línea cortando mis pensamientos.
-La verdad creo que eso es una escusa- no, no lo creo pero que más puedo argumentar- y en último caso yo no tengo la culpa. Me molesta mucho la postura que pones. No tiene nada de malo que seamos amigos, no se puede enojar por eso- Suspiro. Quiero seguir teniéndolo en mi vida a pesar del odio momentáneo que tengo, ¿Me hace responsable de que Renzo esté enamorado de mí?- Además casi ni hablé con Renzo anoche- cinco segundos de silencio - ¿Nada que decir?
-Nada
-¿Ves? Ese “nada” es el que arruina todo- Vuelven las malditas lágrimas pero estas son de una gran impotencia. Intento que mi voz sea dulce – Hey! No quiero terminar mal contigo.
-Nunca te dije que iba a terminal mal.
-Pero así está terminando.
-No, no está terminando. Si crees que si no te busco y no te hablo es porque no te quiero, síguelo pensando
Ahora si que las lágrimas dejaron de ser por impotencia.
-Veo que esto va a terminar re bien contigo sin hablarme y ganándome tu odio porque Renzo no sale contigo por tratar de ser su amiga y llevar una relación normal. Sí, definitivamente me encanta que terminen así las cosas.
-Primero que yo no odio a nadie ¡A nadie! – Ah! Es una manera de decir ¿Puede ser que no nos entendamos en nada?- segundo si él esta mal por algo tan tonto como lo de anoche imagínate si nosotros estuviéramos juntos- La idea de estar juntos, eso hace que salga el primer sollozo- tercero, si sigo hablándote tratando de ser tu amigo yo, por lo menos YO, no te voy a poder sacar de mi cabeza y es por eso que me voy alejar. A ver si te queda claro de una puta vez.
¿Cómo explicar que es él el que no entiende?
-Yo te entiendo, tu eres el que no me quiere entender.
-¿Qué es lo que no entiendo?-Esa vez su voz suena arrogante
- Yo a vos te quiero demasiado- Ya está, ya lo largué- No sé porqué es más hace un par de semanas ni siquiera te conocía pero te quiero, y mucho. Yo ya entendí que por cosas que exceden de mi y de ti, que no son culpa mía ni tuya- Enfatizo mucho esa frase- no podemos estar juntos. Lo acepto pero no por eso quiero perderte. Eres una gran persona, eres demasiado especial para mí y no quiero perderte.- Silencio. Más lágrimas caen – No quiero ¿Entiendes?
De repente una vos fuerte sale del teléfono.
- Por favor date cuenta que si seguimos hablando como si nunca hubiera pasado nada YO no te voy a sacar de mi cabeza. No digo que nunca más te vaya hablar…
-No me mientas más. Me cansé si a vos te importa un carajo hablarme y no quieres hacerlo bueno dímelo y listo. Pero no me mientas como a los niños, porque me hace demasiado mal que me digas esas cosas.-Esas palabras son una mezcla de odio y tristeza, de bronca y cariño. Silencio.
-Pelotuda
Lloro
-Eso es lo que eres, una niñita pelotuda.
Lloro
-Mentir, ¿Ahora yo miento? Si eres estúpida. Lo único que falta es que pienses que te miento. Eres una ilusa. Por estas cosas me haces asar.
-¡No me trates así!- suplico más que ordeno. Ahora si ya abandone los sollozos y caí en el llanto.
-Entonces quédate callada o deja de decir estupideces.
-No seas así
-Entonces no digas que miento, no eres la única que está mal por esto.
-Eso parece- tomo aire y trato de continuar- Tu sí me importas, y ¿sabes qué? Va a ser como quieras, pero creo que merezco saber por lo menos por qué no me hablas.
-Ya que tanto te gusta andar averiguando cosas, hace una cosita tomate esta semana para averiguar si me importas o no. Parece que a mi no me quieres creer
¿Qué no quiero?¿A caso no piensa que seria maravilloso creer que me quiere?
-¿Y como carajo quieres que haga para averiguar eso?
-No sé, sabrás averiguarlo- Eso lo confirma todo.
-No necesito averiguarlo, no soy tonta. Aunque lo pienses no soy tonta.
-¿Te piensas que no me importas?
-Sí, y lo peor de todo es que me hayas mentido en la cara
-¿Mentir con qué?
-Sí tienes razón soy re estúpida, re ilusa, re ingenua pero no tienes derecho a jugar así con los sentimientos de las personas.
-Hazme un favor…
Encima, lo que me faltaba
-Cuando me dije que me iba a cortar, además de todos los motivos que y te dije, uno era no volver a sufrir como la última vez. Bah la única vez. Asique hace el favor de antes de asegurar que miento, que juego contigo y con tus sentimientos, piensa un poquito. Hazme ese puto favor.
Me quedo muda, ¿Porqué le creo?¿Es que nunca voy a aprender la lección?
-Antes de asegurar que no te quiero- sigue diciendo ante mi silencio y con una voz que parece quebrada- de asegurar de que es mentira que hace casi un mes que no sales de mi cabeza no me hables más. Si crees que todo esto es un juego hazme el favor de no hablarme más. Chau.
-No, no cortes…- sigue su respiración del otro lado de la línea- yo no quería que terminaran así las cosas.
Silencio. Llegó el momento de aclararlo todo, peor no me puede ir en esta conversación
-Además ¿sabes lo que me enteré?- No, obvio que no sabe, no tendría el valor de mentirme así si lo supiera- Sé que estuviste de novio con Bianca que no era sólo “una amiga de Paula”- Se lo tenía que decir, hace días que quería decirle que sabía que él seguía enamorado de ella, que Paula me confirmó que nunca dejo de pensarla y de quererla, a pesar de que ella nunca lo quiso- Asique por favor no me digas más mentiras porque aunque no lo creas me duele y mucho. Si no me quieres hablar no me hables pero esta vez que sea de verdad, no quiero que vuelva a pasar lo mismo.
-Te prometo que es lo último que te digo, con Bianca estuve hace cuatro años y ella ya no significa nada aara mí- lo de los cuatro años lo sabía. ¿Porqué no admite que todavía la quiere?- Antes de asegurar que jugué contigo y que no me importas, lávate bien la boca. ¿Te piensas que si no me importaras hubiese estado hablando todo el tiempo de ti y de todo lo que te quiero?
Lloro, le creo. ¿Por qué le creo? No tengo que creerle, demasiado mal me ha hecho hasta ahora.
-Además con Bianca nunca estuvimos de novio. Sólo una vez he estado de novio en mi vida y cuando terminamos me propuse no volver a llorar por una mujer en mi vida.
-Miénteme como a los niños- ¿Porqué Dios? ¿Porqué?- Pero ¿Sabes que es lo peor? Que en el fondo te creo.
Dale estúpida seguí mostrándote vulnerable.
-Piénsalo mil veces antes de asegurar que no eres nada para mi.
-¡Deja de decirme eso!- no se cansa de repetírmelo, no se da cuenta todo el mal que me hace- Sea verdad o no me hace  mal.
-Ya me cansaste.
- Me dices que te importo pero que no quieres hablarme más. Eso no tiene coherencia- Silencio- Chau, espero que todo salga bien como dices. Te quiero- digo antes de colgar
-Espera- no cuelgo nada- creo que ya escuchaste todo lo que tenias que escuchar, si me quieres creer o no queda en vos. Chau
-Ya te dije que a mi pesar te creo. Chau, lindo final.
-yo no pensé que esto iba a terminar así.
Silencio. Ninguno de los dos se anima a cortar a pesar de que ya está todo dicho
-Me dolió mucho eso que dijiste recién y entiéndelo, no eres la única que llora, ni eres la única que se siente mal- me dice con una voz que confirma sus palabras- un consejo: piensa las cosas mil veces antes de decirlas.
-¡Pero si no lo he pensado!- Estallo – ¿te piensas que no me carcomía la cabeza pensando como mierda decírtelo? ¿Te piensas que no quería decirte todo esto a la cara? ¿Qué ayer no me dieron ganas de parar el tiempo un rato y dejar de pensarnos juntos?
-¿Te piensas que ayer cuando me quedaba mirándote no me daban ganas de agarrarte la mano y mirándote decirte “te quiero, y hace tiempo que eres casi todo para mi, no paro de pensar en vos y me duele en el alma y en el corazón no poder estar con vos”?. Bueno eso es lo que me pasa…
-¿Porqué nos hacemos esto?
-Por que esto nos tocó
-Maldito sea lo que “nos tocó”
- No me gusto para nada eso que dijiste recién. Chau
- Ah si a mi me encanto esta conversación.
-Espero que estés bien
-Chau, te quiero- Le digo al teléfono porque él ya no está del otro lado.
Lloro. Lloro de tristeza de impotencia. ¿Por qué si yo no estaba tan enamorada de él? Las lágrimas se mezclan con el agua de la lluvia. Unas tibias, las otras frías las dos se mezclan en mi rostro amargo. Lloro es lo único que hago y un llanto me atraviesa el pecho cuando leo un mensaje nuevo que dice “si supieras lo tanto que te quiero”.


Ade Garbuio

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